miércoles, 17 de marzo de 2021

Morenita ojos café

 

La niña morenita, creció sin afecto, con buenos modales y buenas costumbres. Hacía su cama por las mañanas, se lavaba los dientes y barría la calle. Por las tardes, las tareas eran su prioridad, puesto que sin terminarlas no podía ver su serie animada favorita, “El gato cósmico”.

La vida en ese entonces, no se mostraba muy alentadora. Llena de reglas y patrones por seguir, sin pensamientos y personalidad propia.

Muchas veces se sintió sola, lloraba de noche extrañando a mamá, que trabajaba duro para poder darle todo lo que a futuro necesitaría. El miedo, la invadió toda su vida, luchar contra la corriente no es fácil, vivir buscando dependencia emocional tampoco.

En más de una ocasión, intentó huir de sí, pero lo cierto es que existe un valor dentro de cada una, que nos inspira a lo que estamos destinadas a ser, un valor que nos habita, para protegernos de todo lo que nos pueda hacer caer y dudar de quienes somos.

Una tarde pensando en quien quería ser o cual era el destino de sus días, se dijo a si misma que, sin importar las circunstancias, las consecuencias o los obstáculos, jamás se rendiría; que los caminos no están escritos ni plasmados, que sus deseos son más grandes que cualquier ser que intente quitárselos, que su vida es propia, tan suya que elegir es personal. Desde ese entonces se abrazó, desde ese entonces me abracé y me perdoné.

 

Desahogosbajolaluna.